Para formar un filtro de macrofitas en flotación "FMF", es necesario emplear un sistema que favorezca una rápida colonización de la lámina del agua. De esta forma se consigue obtener unos rápidos resultados con respecto al principal objetivo, la mejora de las aguas contaminadas o eutrofizadas.
Con el paso del tiempo hemos observado que el sistema
funciona, en sí mismo, como un ser vivo. Es decir, posee dinámicas e inercias
propias relacionadas, principalmente, con el ambiente circundante y las
técnicas de gestión empleadas.
La evolución del sistema puede ser muy distinta en función de
parámetros diferenciadores como el clima, el agua, la botánica, la fauna, las
prácticas de manejo, etc…
De forma similar a lo que pretende un técnico, cuando
introduce en un ecosistema degradado una especie pionera para que, con el paso
del tiempo, propicie la mejora de ciertos parámetros ambientales que, a su vez,
favorecen la reintroducción de otras especies más “valiosas”; la introducción
de ciertas especies pioneras en la instalación del sistema “FMF” propiciará las
condiciones para que se conforme un ecosistema que, según las condiciones
ambientales y la prácticas de manejo, consiga mejorar la calidad de las aguas.
La instalación del “FMF” propicia la formación de un ecosistema
“nuevo en flotación”, cuyo principal cuerpo de base es el suelo, como sucede en
cualquier ecosistema terrestre. No en vano las macrofitas prioritariamente
empleadas en la conformación del “FMF” son enraizadas y emergentes.
Este “nuevo suelo flotante”, originado por la implantación
del sistema “FMF”, se conforma como estructura ambiental “SFfmf” y es diferente
al de otros casos similares existentes en la naturaleza. Existen ejemplos
similares de distinto origen y/o características, por ejemplo las turberas
flotantes.
No obstante, este nuevo suelo flotante “SFfmf”, además de
surgir por un proceso evolutivo diferente, está conformado por un perfil distinto
al de otros ejemplos similares. Se encuentra constituido por diversos horizontes
que interactúan entre sí y que pueden ser manejados según el objetivo de
depuración o mejora a conseguir, en el agua o en el ecosistema.
Una característica diferenciadora de este suelo flotante es su capacidad de fijar CO2, mientras colabora con la depuración de las aguas contaminadas, favoreciendo la no colmatación de los flujos hidráulicos.