El Ministerio para la Transición Ecológica define la restauración hidrológico forestal como el conjunto de actuaciones necesarias para la conservación, defensa y recuperación de la estabilidad y fertilidad de los suelos, la regulación de escorrentías, consolidación de cauces y laderas, la contención de sedimentos y, en general, la defensa del suelo contra la erosión.
De forma implícita con esta consideración se están referenciando tanto procesos físicos, como químicos que están relacionados con el ciclo del agua. Dicho ciclo consiste en el traslado del agua a través de la biosfera, atendiendo a sus cambios de estado conforme las condiciones ambientales.
Pero hay además otros procesos que también coadyuban con el ciclo del agua y que, bajo los principios de la economía circular, deberían de ser considerados como ciclos:
- El ciclo de los nutrientes.
- El ciclo de los sedimentos.
De forma secular los nutrientes que excretan los terrenos han ido acabando en arroyos, lagos y embalses, contribuyendo a su eutrofización. Incluso cuando lo que "se suelta" son productos tóxicos, también circulan aguas abajo hacia los cuerpos de agua pudiendo acabar en los mares y océanos.
De esta forma se han ido concentrando en ciertos espacios cargas y sustancias por encima de valores deseables, que incluso pueden revertir hacia nosotros a través de las especies que interrelacionan con esos espacios y que consumimos en nuestra alimentación.
De forma parecida ha sucedido con los sedimentos y aunque estos también pueden transportar nutrientes, sus principales efectos negativos están relacionados con la colmatación de infraestructuras o elementos filtrantes.
Es decir, las zonas acuáticas y humedales que aún no han desaparecido se han convertido en los espacios de retención y almacenamiento de los nutrientes, de los tóxicos y de los sedimentos. De esta forma hemos comprobado como se ha ido produciendo la colmatación de las zonas marismeñas de interior o el crecimiento de los deltas en las desembocaduras de los ríos.
Por todo ello, se debería de comprender por qué los humedales tendrían de ser considerados como una hidrotecnia más en la restauración hidrológico forestal que se debe de aplicar al territorio. Aún hoy tendemos a hablar de bosques y montes por un lado y, por el otro, de humedales y manchas de agua. Incluso normativamente se regulan conceptualmente por un lado los terrenos y por el otro las aguas.
Pero, ¿qué pasaría si actuáramos comprendiendo que, tanto terrenos como aguas, no son más que sustratos físico-químicos que interaccionan entre sí y que los seres vivos contribuimos a la "configuración de ciclo" de los elementos que los constituyen?
Hoy vamos a tratar sólo de uno de los aspectos que se enmarcan dentro de esta comprensión global que planteamos para la restauración hidrológico forestal y que, aunque pueda parecer una paradoja, para nosotros es una analogía. Se trata del caso de las Edars entendidas como los humedales más contaminados que existen en la Tierra.
Si te dijéramos que es posible diseñar y poner en funcionamiento hidrotecnias que actúan como elementos reguladores de los ciclos de los nutrientes y sedimentos que produce el territorio, incluidas las principales acciones contaminadoras del ser humano, que basándose en los principios de la economía circular contribuyen a comprender la restauración hidrológico forestal en su sentido más amplio...
¿QUÉ PENSARÍAS?
Si te dijéramos que existen plantas que favorecen la conformación de suelos flotantes, fijadores de CO2, que actúan como estructuras ambientales que absorben y transforman los impactos provocados por la contaminación y que precisamente la ciencia que contribuye al estudio de las interacciones entre estas, los sedimentos y los nutrientes, es la Edafología...
¿CREERÍAS QUE SE TRATA DE UNA ENTELEQUIA?
¿O LO PRESUPONES COMO UNA TECNOLOGÍA NATURAL?