El ecosistema de lodos activos fue descubierto hace más de cien años y tubo como misión principal depurar las aguas contaminadas procedentes de focos de cierta importancia. Consiste en acumular en un estanque una concentración de lodos controlada, que sea la encargada de depurar la carga contaminante que lleva el agua residual.
Este lodo que se mantiene ciertamente controlado, está constituido por los microorganismos aerobios y facultativos que se exponen a los nutrientes que posee el agua residual, se alimenta de ellos y los transforma generando así la depuración.
Para poder generar la mezcla de los microorganismos con el alimento, de forma que puedan interactuar, se necesita generar turbulencias, y para que los microorganismos puedan iniciar la cadena de transporte de electrones que genera el gradiente favorable que permite la degradación de la materia, se necesita introducir aire. Tanto la mezcla como la aireación se producen con equipos soplantes que generan un burbujeo programado, por ello se consume un nivel considerable de energía.
Al generar unos elevados niveles de interacción, mucha energía en poco volumen y escaso tiempo de retención, los microorganismos procrean a toda velocidad y para evitar la sobresaturación hay que extraerlos de forma programada. Es lo que denominamos producción de lodos.
Por el contrario, los sistemas más antiguos se basaban en la depuración por acumulación de microorganismos en el fondo del estanque, sedimentados y sin generar aireación ni turbulencias. Esta forma de depuración es la que se viene conociendo tradicionalmente como de fosas sépticas. Estos procesos que se basan en digestiones anaerobias y fermentaciones, son unas 16 veces menos eficientes energéticamente que los procesos aerobios descritos anteriormente.
Todo lo anterior es suficientemente conocido y está suficientemente asimilado y funciona, nadie lo puede poner en duda. Pero..., si existiera un ecosistema que utilizando menos consumo energético fuera capaz de introducir de forma natural la dosis necesaria de oxígeno para surtir a los microorganismos naturales que generan una pirámide trófica y de dinámica estable, que interacciona con el medioambiente circundante y, por ello, no fuera necesario realizar elevados consumos energéticos, ni extracción de grandes excesos de lodos sobrantes..., ¿nos encontraríamos frente a un ecosistema más sostenible que los anteriores? ¿Cuáles serían sus limitaciones, sus ventajas?
Desde ARCADIA INGENIERÍA llevamos ya muchos años respondiendo estas preguntas y podemos mostrártelo con numerosos ejemplos en funcionamiento.
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«No te asuste naufragar que el tesoro que buscamos, capitán, no está en el seno del puerto sino en el fondo del mar».
FELIPE CAMINO GALICIA DE LA ROSA.
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